Cartas desde Roma para la extinción de los jesuitas : correspondencia julio 1772 - septiembre 1774 / Conde de Floridablanca ; estudio introductorio, edición y notas de Enrique Giménez López.
Tipo de material: TextoSeries Norte crítico ; 22Detalles de publicación: Alicante : Universidad de Alicante, [2009].Descripción: 627 páginas ; 23 cmTipo de contenido:- texto
- sin medio
- volumen
- 9788479089993
- 8479089997
- Floridablanca, José Moñino y Redondo, conde de, 1728-1808 -- Correspondence
- Floridablanca, José Moñino y Redondo, conde de, 1728-1808 -- Correspondencia
- Jesuits -- Spain -- History
- Jesuitas - -- España - -- Historia
- Spain -- History -- Charles III, 1759-1788
- España - -- Historia -- Carlos III,. Rey de España, 1759-1788
- DP 193.F5 A4.2009
Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura topográfica | Copia número | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Libros | Biblioteca Francisco Xavier Clavigero Acervo | Acervo General | DP 193.F5 A4.2009 (Navegar estantería(Abre debajo)) | ej. 1 | Disponible | UIA091897 |
Incluye referencias bibliográficas e índice.
En el verano de 1772 José Moñino, fiscal del Consejo de Castilla, fue nombrado nuevo embajador de España ante la Santa Sede con instrucciones precisas de lograr del Papa Clemente XIV la extinción de la Compañía de Jesús. Gracias al éxito de su misión recibiría de Carlos III el título de Conde de Floridablanca. Desde su llegada a Roma el 4 de julio hasta la muerte del Pontífice el 22 de septiembre de 1774, Miñino dio cuenta de sus gestiones diplomáticas con otros embajadores, de sus relaciones con los miembros más relevantes de la Curia pontificia, de las audiencias con el Papa y de la utilización del soborno como método para lograr sus fines, en una correspondencia confidencial que mantuvo con el primer ministro español, el marqués de Grimaldi, y con otros miembros de la Corte de Madrid, como Manuel de Roda. Esta correspondencia se encuentra, en su mayor parte, en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid, en su sección "Santa Sede" y en el General de Simancas, en la sección de "Estado". La febril actividade de Moñino, que él justificaba asegurando que "el conocimiento de este teatro y el de sus actores es la base fundamental para la dirección en los auntos pendientes", causó admiración en la Corte Española.